El régimen de acceso a la información

 El régimen de acceso a la información

Epitafio al actual régimen de acceso a la información en México 

En abril de este año compartí tres colaboraciones sobre la situación en la que, desde mi punto de vista, se encontraba el INAI. Vuelvo a retomar esas colaboraciones para escribir una serie de artículos con un largo epitafio al actual régimen de acceso a la información.

El acceso a la información es un derecho humano constitucional y convencionalmente reconocido y su tutela se depositó en un conjunto de órganos, uno de carácter federal-nacional (por ser órgano de control de las autoridades federales y segunda instancia de los procedimientos locales) y 32 organismos estatales, órganos cuyos rasgos más importantes son la autonomía, especialización, independencia, imparcialidad, colegiación, cuentan con personalidad jurídica y patrimonio propios, con plena autonomía técnica, de gestión, capacidad para decidir sobre el ejercicio de su presupuesto y determinar su organización interna, además, forman parte de los Sistema Nacional de Transparencia, de Archivos y, especialmente, del Anticorrupción.

El pasado fin de semana un medio de comunicación dio a conocer que el Secretario Ejecutivo del SNT, designado por el actual pleno, cuando fue comisionado pagó con recursos públicos en un Table Dance vinculado con delitos de trata de personas. El tema es grave y, desgraciadamente, la renuncia de este personaje y del otro ex comisionado contratado al concluir su periodo no son suficientes para dar por finalizado el problema.

En la primera de las tres colaboraciones a las que me refiero, señalé que la contratación de estos dos personajes mostraba un claro conflicto de interés, a lo que me refiero ahora con mayor precisión. Ambos personajes, desde esa posición, cobijaron, contrataron, promovieron o apoyaron, de alguna manera, a varias de las personas que, ahora, como comisionadas nacionales votaron por su contratación. 

En el caso de Oscar Guerra, eso ocurrió con respecto a Adrián Alcalá, quien fue designado como Secretario de Acceso a la Información, promovido por Guerra, con quien solía viajar, acompañándolo, por no decir, cuidándolo y supliendo las ausencias provocadas por su alcoholismo, en los eventos internacionales, y Julieta del Río, a través de quien, Guerra cohesionaba a uno de los grupos de comisionados locales. 

Ni qué decir de Eugenio Monterrey y su relación política con Josefina Román, con la que fue compañero de pleno en el INFOEM y a la que apoyó para ser, primero, Coordinadora Nacional de los Órganos Garantes y, después, comisionada nacional.

No hay que olvida que Francisco Acuña pudo ser presidente del INAI, a pesar de que sólo contaba con su voto, gracias a la decisión de Oscar y Eugenio, cada uno de ellos con dos votos, que terminaron por declinar a favor del zacatecano. 

Tanto Adrián Alcalá, como Julieta del Río, Josefina Román y Francisco Acuña, cuatro de los cinco comisionados en funciones, pagaron los favores designando a Oscar y a Eugenio, al concluir su periodo como comisionados, como Secretario Ejecutivo del SNT y Secretario Ejecutivo del INAI.

Por lo que da a conocer un cibernauta (https://twitter.com/soydamianramos/status/1724222771029320012?s=12&t=otAj55Er4f7BT46cc-ZXzQ ) que me compartió una relación de padres, hijos, hermanos, esposos, esposas, y diversos familiares de personas cercanas a este grupo de comisionados y ex comisionados, el problema de designaciones en las que impera el nepotismo disfrazado, el pago de favores y el abuso en el ejercicio de los recursos públicos no es un caso aislado, sino una práctica común en una institución que, insisto, forma parte del Sistema Nacional Anticorrupción.

Pensar que los comisionados que designaron al, ahora, exsecretario ejecutivo del SNT, no conocían los excesos del personaje es una afirmación, por decir lo menos, ingenua. Era de notorio conocimiento, al interior del sistema, la enfermedad, el alcoholismo lo es, del ex comisionado nacional, sus abusos y excesos, su arbitrariedad, su tendencia a no respetar la legalidad interna, pero nada de eso importó cuando se trató de que no cayera en el desempleo. Ni qué decir del constante ausentismo que caracterizaba a Eugenio Monterrey en buena parte de su periodo como comisionado, aun así, lo consideraron idóneo para ocupar un alto cargo en la institución.

Este escándalo demuestra el profundo grado de vulneración de los principios básicos de control interno e integridad y evidencia lo certero que ha sido el presidente de la República al denunciar que se ha confundido la autonomía con opulencia, impunidad, falta de respeto a las normas de integridad, austeridad y control. 

Los órganos y este tipo de servidores públicos han hecho de la autonomía, el requisito para cobijarse de privilegios, para promover el nepotismo cruzado, para imponer su agenda y necesidades, en un ambiente de eventos y congresos en los que prevalece el derroche y la falta de sensatez en el ejercicio público. 

La garantía del derecho de acceso a la información y a la transparencia, condición esencial para promover la responsabilidad de los agentes públicos, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se pone en grave riesgo cuando los titulares del órgano de protección se abandonan a la práctica constante de privilegio y la corrupción.

El actual régimen de transparencia termina haciendo crisis, no por las presiones externas, no por la crítica o las decisiones de otras autoridades. El derecho y su modelo de garantía enfrenta una grave crisis porque esta indolencia, esta actitud irresponsable persiste y que circunscribe al derecho en un nicho de ejercicio que se ubica en los sectores sociales favorecidos por el anterior régimen sin entender la necesidad de rediseñar al derecho para defender los intereses de las personas más desprotegidas o de ser realmente útiles en momentos urgentes de necesidad.

Si deseamos que el derecho sea útil, adecuado, accesible, la actual oligarquía de la transparencia estorba, y el actual pleno, infectado de corrupción, debe renunciar y dar paso a una renovación total del sistema. Con esta colaboración inicio el conteo de denuncia a estas prácticas. Este es el día 01 sin que la camarilla corrupta que tomó el control del INAI renuncie. 

 

José Guadalupe Luna Hernández

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