El pasado 2 de junio del presente año se llevaron a cabo las elecciones más grandes de la historia, en las que se votó para elegir a las y los titulares de: presidencia de la república, senadurías de mayoría relativa y de representación proporcional, diputaciones federales de mayoría relativa y de representación proporcional; así mismo las y los ciudadanos votaron para elegir en su caso: gubernaturas, diputaciones locales, integrantes de los ayuntamientos, así como alcaldías y concejalías.
En estas elecciones observamos la debida planificación y ejecución de todos los aspectos logísticos y operativos, lo cual incluyó la debida preparación de los espacios donde se llevó a cabo la votación, así como la adecuada distribución de la documentación y material electoral, lo que aseguró el derecho al voto de manera libre y efectiva.
Ante este valioso esfuerzo, es importante dedicar en este breve espacio, un gran reconocimiento a todas y a todos quienes dedicaron esmero y dedicación a cada uno de los trabajos requeridos en la preparación, desarrollo y vigilancia del proceso electoral, sobre todo, el día de la jornada electoral y el de los cómputos electorales.
El trabajo que arduamente realizaron las y los servidores públicos electorales durante la organización del proceso electoral, aseguró que las elecciones se realizarán de manera transparente e imparcial, y derivado de ello, se logró una gran participación ciudadana el día de las votaciones, además, los resultados de los comicios fueron aceptados por todos los sectores de la población, lo que da legitimidad a las y los representantes populares electos, misma que se traduce en una estabilidad y paz social.
El debido trabajo de los servidores públicos electorales ha cumplido con los estándares requeridos para dotar de confianza y certeza a los comicios, lo cual contribuye a la credibilidad y al éxito de las elecciones, así mismo, robustece las capacidades de las instituciones encargadas de formar y fortalecer nuestra democracia, con base en premisas fundamentales como son: la profesionalización, la eficacia y eficiencia del personal electoral, asegurando con ello, que tengamos elecciones libres y auténticas que son el pilar de cualquier sistema democrático, lo cual origina una importante participación activa de las y los ciudadanos, misma que reflejó su confianza en las instituciones, permitiendo expresar su voluntad política, legitimando con ello el gobierno elegido, generando un mayor compromiso cívico y empoderamiento ciudadano para influir en las decisiones futuras de su comunidad, municipio, estado y país.
Sin duda, la dedicación que tuvieron los servidores electorales contribuyó al cumplimiento de los procedimientos electorales de manera eficiente, lo cual se reflejó en unas elecciones debidamente organizadas y aceptadas por todos los sectores de la sociedad, destacando la importancia de su labor para el proceso democrático, generando estabilidad política y el debido funcionamiento del gobierno.
Ante todo esto, es de vital importancia que las instituciones electorales continúen fortaleciendo sus estructuras laborales con una capacitación continúa y actualizada sobre los aspectos: tecnológicos electorales, operativos, legales, así como de seguridad cibernética y protección de datos; todo ello, relacionados con la organización de las elecciones; asimismo, deben seguir contando con suficientes recursos financieros y materiales.
También es importante que recojan la retroalimentación, aplicar medidas que les permitan corregir errores; fomentar el compromiso democrático que incluye el respeto a todos los derechos humanos de la ciudadanía, esto permitirá fortalecer el sistema electoral, garantizando la certeza, integridad y eficacia de futuros procesos electorales de nuestro país.
Gracias a todas y a todos por su invaluable trabajo en favor de la democracia!!!