Conspiradores

 Conspiradores

Desde la Independencia hasta la consolidación de México como país; pasando por la Reforma, la Revolución Mexicana, la expropiación petrolera y el voto de la mujer, se ha echado mano del secreto y la conspiración para articular la estructura operativa de grandes acciones nacionales tanto para beneficio como para perjuicio. Ya sea por el misterio que se propicia o bien por la integridad de las ideas que se comparten, estos dos métodos han caracterizado histórica e indudablemente las transformaciones nacionales.

Hoy en día los métodos poco han cambiado a pesar del paso de los años. Los planes o maniobras significativas de la vida política, económica y hasta social se siguen manejando con secrecía durante su proceso de planeación o maduración manteniendo los rumores al margen de lo conveniente para el propio proyecto. Tal es el caso de lo que está sucediendo con la agenda joven en el Estado de México.

Muchos insisten en que ser joven es sinónimo de ir contra corriente, que la juventud representa ir contra la marea pero ya no es así; actualmente las y los jóvenes son la propia marea a tal grado que cuando hablamos de juventud en el Estado de México nos referimos a 1 de cada 3 habitantes, hablamos de casi 6 millones de personas en movimiento dentro del mismo territorio, 6 millones de voluntades que no están dispuestas a mantener el status quo, que buscan respuestas pero sobre todo soluciones.

Y es en la búsqueda de soluciones que la juventud mexiquense comenzó desde hace tiempo la conspiración primero de manera aislada en pequeños grupos distantes pero hoy cada vez más unidos, entendidos y me atrevería a decir hasta unificados. Prueba fehaciente de ello son las últimas conspiraciones matutinas que ha realizado la diputada presidenta de la comisión local de juventud y deporte, donde más allá de compartir el café, empresarios, actores políticos, activistas, estudiantes, artistas, en pocas palabras juventud por patria y provincia, han buscado acuerdos que transformen la realidad mexiquense por completo toda vez que sus problemas ya no son los de un grupo minoritario que requiere la caridad de desarrollo social, sino los problemas de 5.7 millones de habitantes que tienen en sus manos el destino político, económico y social de todo el estado.

[…] y la conspiración se convirtió en marea, y la marea inundó la isla trayendo esperanza: barriendo lo viejo y trayendo nueva vida.

Alexis Olvera Pino

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