Mexiquenses al grito de elección

 Mexiquenses al grito de elección

Los que saben, bien dicen: temprano se hace tarde, pero también al que madruga Dios lo ayuda y aunque en ocasiones los dichos no se cumplen del todo o en todos los casos, en el Estado de México las vísperas de la elección a gobernador, o gobernadora, tienen tanto a partidos como a actores políticos pendientes no solo de los tiempos sino hasta de los dichos que rondan dentro y fuera del territorio mexiquense.

La lógica tanto de la historia como de los acontecimientos políticos no es cuantitativa con excepción de los procesos electorales en los que la voluntad ciudadana, motivada por distintos incentivos, se moviliza de tal forma que millones salen a las calles para sumar o restar, según sea el caso, apoyo al partido político o candidato de su preferencia. Por eso desde ahora y hasta el 2024, los números convertidos en cifras agrupadas importan más que nunca.

Pensar que la voluntad ciudadana expresada en el voto es una falacia o ésta no determina el destino de un territorio es no solamente ingenuo sino hasta ignorante porque, contrario al mito constante de que votar es una práctica inútil, los votos son tan importantes que los grupos de poder, partidos políticos, candidatos y hasta poderes fácticos invierten cantidades exorbitantes en comprar los votos para garantizar se consideren sus intereses dentro de la administración que resulta triunfante en el proceso electoral.

Con claridad respecto a la importancia del voto y haciendo conciencia de los tiempos que el Estado de México está atravesando, resulta fundamental para todas y todos los mexiquenses, especialmente quienes contarán con edad suficiente para participar en los comicios de 2023, dar inicio a un proceso de reflexión, información pero sobre todo de conciencia para definir de manera personal y posteriormente de manera colectiva cuáles son nuestras prioridades como mexiquenses y qué problemas requieren ser solucionados; lo anterior con dos finalidades: exigir a las candidatas y candidatos que consideren los temas que nos importan y afectan por encima de sus agendas;  y  aclarar qué perfil encuadra mejor para ocupar el ejecutivo estatal.

En “El ogro filantrópico”, Octavio Paz aseguraba que el descontento del pueblo mexicano nunca se ha expresado en formas políticas activas sino como abstención y escepticismo; a pesar que lo escribió en 1978, esta descripción, hasta ahora, sigue siendo una realidad. No obstante estamos a muy buen tiempo de saltar de la abstención a la participación, de hacer una realidad alternativa a la que hemos venido arrastrando. Más vale tarde que nunca; no olvidemos qué marzo ventoso y abril lluvioso hacen de mayo florido y hermoso.

El grito a elección y participación ha sido dado, los políticos se nos han adelantado pero las y los ciudadanos podemos remontarlos.

 

Alexis Olvera Pino

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