El pasado 4 de junio de 2023, se llevaron a cabo elecciones en el Estado de México y en el Estado de Coahuila para elegir las correspondientes gobernaturas, ambos estados alcanzaron a brincar el cincuenta por ciento de la participación ciudadana; sin embargo, es imprescindible hablar, de manera particular, del Estado de México, ya que es la entidad de la república mexicana que cuenta con el mayor número de ciudadanas y ciudadanos inscritos en el padrón electoral y lista nominal de electores.
Nuevamente se observó que el abstencionismo sigue haciendo de las suyas, dado que se volvió a presentar en la elección próxima pasada una participación del 50.07 % (dato que arrojaron los cómputos finales), no habiendo mucha diferencia en la elección de 2017 en la cual también se eligió gobernador, teniendo esta al rededor del cincuenta y tres por ciento de participación ciudadana.
El abstencionismo electoral es trascendente. De manera que, cuando la ciudadanía decide no ejercer su voto refleja su apatía participativa, aun teniendo ésta la obligación cívica y moral de votar. La participación ciudadana, es una tarea que es responsabilidad de toda la sociedad mexicana, en la cual participan propiamente la ciudadanía, autoridades electorales y del gobierno, así como partidos políticos. De la participación conjunta de estos actores políticos depende que nuestra democracia se siga consolidando, lo que va a permitir también que se robustezcan las instituciones electorales.
De ahí deriva el reto de las autoridades electorales que consiste en incentivar propositivamente la participación ciudadana, mediante la implementación de estrategias efectivas y eficaces para erradicar el flagelo del abstencionismo. Por ello, no sólo durante los procesos comiciales se debe estar informando e incentivando para que las ciudadanas y ciudadanos no dejen de ejercer su sufragio, sino que debe ser una práctica cotidiana. Como se menciona con estrategias novedosas, pero con información profunda. Sólo así se puede garantizar el derecho que tienen de poder decidir quién los represente.
Vencer el abstencionismo con educación político-democrática en edad temprana va a permitir que tengamos ciudadanas y ciudadanos responsables y comprometidos/as; que participen en las decisiones trascendentes de su municipio, estado y país; como lo es elegir a nuestros gobernantes. La ciudadanía debe tener conciencia de que su voto es de vital importancia, asimismo, tener claridad en que las decisiones deben ser adoptadas por todas y todos, no por unos cuantos.
Es claro que los contextos cambian, por ende, la democracia se vuelve dinámica porque está en constante transformación, que la coloca como la columna vertebral del progreso y el bienestar de la sociedad. Es en este tópico donde entra el relevante trabajo de participación de todas y todos, porque no se puede dejar a unos cuantos la responsabilidad de decidir el rumbo de un municipio, estado y país. Es por ello, que también los órganos de gobierno: el poder Ejecutivo, el poder Legislativo, el poder Judicial, así como los órganos autónomos, y la sociedad civil, tienen el deber de trabajar conjuntamente en pro del fortalecimiento de nuestra democracia.