La determinación del Consejo Universitario de continuar con el proceso electoral que siguen las cinco candidatas registradas es sin duda la ruta más importante para atender todas las necesidades de la comunidad universitaria. Por lo cual, tras más 40 días de parálisis, dicha decisión es el único camino para enterrar las opacidades del pasado.
Continuar con la elección es la única vía responsable y, a su vez, representa un triunfo de la institucionalidad y las voces estudiantiles. En un contexto de interinato frágil y demandas históricas pendientes, suspender el proceso hubiera sido condenar a la universidad al caos perpetuo. La elección no es un lujo: es la condición sine qua non para reconstruir la UAEMéx.
La ruta es clara: la comunidad universitaria debe emitir un sufragio en favor de la candidata cuyo proyecto consideren más apropiado para la universidad y, una vez electa, continuar con las mesas de diálogo teniendo como interlocutora a una figura legítima y con capacidad legal para hacer los cambios pertinentes y atender por fin las demandas estudiantiles.
Como las necesidades son apremiantes, urge una rectora elegida en las urnas, con mandato claro y capacidad real para responder a las demandas históricas. Frenar el proceso es perpetuar el vacío de poder que sólo ha traído como consecuencias más conflictos internos en diversos espacios universitarios.
La importancia de la elección de una rectora por la vía democrática es tal que daría fin a las opacidades del pasado y permitiría trazar una senda de transformación entre estudiantes y autoridades. Está claro que todos los que pertenecemos y sentimos aprecio por nuestra universidad estamos de acuerdo en que es necesario realizar cambios profundos que garanticen una educación de calidad y un mejor futuro para sus estudiantes.
La estabilidad institucional no es complacencia: es la condición para cambiar las reglas de fondo. La UAEMéx no necesita más gestos simbólicos. Necesita una rectora legítima, surgida de las urnas, que firme su nombre en las reformas que vienen y responda ante la comunidad. El interinato es tiempo prestado; las candidatas son la oportunidad real y que perdurará en el tiempo.