La autoevaluación es, sin lugar a dudas, uno de los procesos más difíciles de ejercer como ser humano, especialmente cuando te encuentras en una posición de autoridad indistintamente de los alcances o condiciones que esta tenga. Para evaluar el desempeño de uno mismo y además hacerlo con objetividad se requiere no solo honestidad sino también valentía, que no es otra cosa que verdadero carácter. Y como bien dice el proverbio hebreo: es de mayor valor quien conquista su carácter que quien consigue conquistar diez ciudades.
Reconocer tanto lo que estás haciendo bien como lo que estás haciendo mal, además de valientes, también es de progresistas porque al autoevaluarse trazas el destino y postulas tus propias metas que se convierten en compromisos con quienes te rodean.
Hablar de autoevaluación hoy en el Estado de México es importante ya que el pasado 16 de septiembre la gobernadora respondió a pie de calle a los representantes de los medios de comunicación que calificaba su administración, tras dos años de desempeño, con 7.5-8.0 considerando que aún hay trabajo que realizar preponderantemente en materia de seguridad, infraestructura (los baches) y salud. Es increíble que la titularidad del Poder Ejecutivo estatal la ocupe una mujer, pero a mi parecer, es mucho más insólito que por primera vez quien ocupa el cargo tenga el carácter para autoevaluarse en funciones.
Existen opiniones diversas sobre el desempeño de la gobernadora al frente del Estado de México; encuestas, varias a modo y otras tantas en contra sobre su administración, pero lo que nos permiten ver los 40 segundos de la entrevista es a una mujer valiente que más allá de filias y fobias ocupa el micrófono para hablar con franqueza y honestidad.
El presente espacio textual es de opinión y nunca de propaganda. Pero así como en los últimos nueve años esta ha sido mi tribuna para señalar lo que está mal y proponer opciones de mejora soñando con que a todas y todos los mexiquenses nos vaya de diez; hoy señalo con esperanza la cualidad que reconocí en quien, a gusto o a disgusto, nos gobierna y lleva en si el peso de que los mexiquenses estemos mejor.
La gobernadora Delfina Gómez, que dicho por ella misma se encuentra en 7.5, puede llegar a 10 por el sencillo hecho de reconocer con honestidad en donde se encuentra parada, que carencias presentes deben atenderse y hablar públicamente de los errores que se tienen que enmendar. Si ella atiende la queja y el reclamo ciudadano con acciones de gobierno eficientes conseguirá el 10 que no es otra cosa sino verdadero bienestar para todas y todos los mexiquenses.