COMBATIR Y ERRADICAR LA POBREZA ES UN ACTO DE JUSTICIA, NO DE CARIDAD.

De acuerdo con cifras oficiales en el Estado de México hay tres datos de terror en materia social y económica, pero sobre todo en materia de seres humanos (mexiquenses):

• • Un millón treinta y dos mil cuatrocientos habitantes están en pobreza extrema (no tienen alimento, ni vivienda, ni nada).
  • Hay aproximadamente doscientos noventa y cinco mil doscientos ocho habitantes desempleados.
  • Quinientos noventa y ocho mil habitantes, más o menos, tienen un trabajo pero les pagan menos de lo que necesitan para vivir.

Los tres datos en conjunto se resumen en la siguiente conclusión: 12 de cada 100 mexiquenses no cuentan con lo suficiente necesario para vivir; no tienen alimento, no tienen ingreso y no reciben justicia.

El desafío es grande, particularmente para la nueva gobernadora y su gabinete en Bienestar, Desarrollo Económico, en Salud, Proyectos Especiales, Movilidad, Trabajo y varias secretarías más.

El problema requiere respuestas o soluciones inmediatas que se compongan con programas y proyectos tanto de corto como de largo plazo: alimentar a quien no tiene comida hoy, pero también crear condiciones y capacitarlo para que tenga comida y todo lo demás que necesite para vivir mañana.

¿Cómo lograr lo anterior? No existen recetas mágicas, ni siquiera fórmulas 100% efectivas para erradicar la pobreza y hacer justicia; sin embargo, tras décadas de ensayo, prueba e investigación hay ingredientes indispensables a considerar como la redistribución de los ingresos, las transferencias en efectivo (renta básica), el desarrollo de comunidades (cooperativas) productivas con enormes beneficios sociales aunque no necesariamente económicos.

Bienestar, indudablemente, es sinónimo de justicia social pero para conseguir verdadero bienestar se requieren acciones valientes, pero también estratégicas como redistribuir el gasto público, proporcionar una renta básica a la población vulnerable e invertir en empresas de la gente y para la gente.