Falta de autocrítica en la coalición  

Los resultados de la elección por la gubernatura mexiquense deben dejar varios cuestionamientos a quienes participaron, entre ellos, si la coalición “Va por el Estado de México” funcionó y valió la pena, pero también una fuerte autocrítica entre quienes resultaron derrotados.

Los niveles de abstencionismo, cercanos al 50%, muestran que una buena parte de la población no se convenció de ir a las urnas, ni de votar por alguna de las dos opciones que se presentaron.

El único partido que realmente aumentó sus niveles de votación fue Morena, pues a sus aliados se les asignó un porcentaje desde el convenio de candidatura común, por lo cual los números del PVEM y del PT podrían ser ficticios.

Si la coalición PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza se unió para combatir a Morena, pero ninguno de sus integrantes logró aumentar el número de votos que consiguió en las elecciones del 2021 se deben encender las alertas, pues podría implicar que para el electorado no son una opción atractiva, o que sus militantes y simpatizantes no se convencieron de votar por una candidata priísta, y por quien antes era su adversario.

Ni culpar al gobernador Alfredo del Mazo Maza, ni al electorado les ayudará. 

Pedir que el mandatario interviniera y apoyara a Alejandra del Moral es añorar prácticas del pasado que no deben regresar.

¿Qué esperaban que hiciera el mandatario? ¿Violentar la ley? ¿Operar a través de programas y servidores públicos?

Hubo mucha guerra sucia en redes sociales, no todos jugaron limpio, tuvieron fugas importantes, aunque las minimizaron y al final, la gente salió a las urnas a decidir.

Requieren con urgencia reflexionar, reinventarse y ofrecer opciones atractivas para ser competitivos en las elecciones del siguiente año porque sus resultados no son nada prometedores.

Alito 

El cinismo del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, al intentar repartir culpas entre el gobernador mexiquense, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y hasta Movimiento Ciudadano es impresionante.

“Alito” no se ha cansado de perder ante Morena, y de haber recibido un partido fuerte, ahora tiene en sus manos una fuerza política debilitada que apenas gobierna dos entidades: Coahuila y Durango.

Ahora resulta que en lugar de entregar su renuncia, tras el resultado en el Estado de México, uno de sus bastiones más fuertes, y después de derrotas en otras entidades en procesos anteriores se quedará en la dirigencia. Quizá quiere terminar con el tricolor.

Voto anticipado

Uno de los grandes aciertos de este proceso fue el voto anticipado. Reconocer el derecho de las personas privadas de la libertad sin sentencia, acercar el voto a las personas con alguna discapacidad y a quienes viven en el extranjero, pero aún se interesan y contribuyen con remesas al desarrollo de la entidad.

La operación fue buena, pero los resultados no tanto. El primer inconveniente fue el exceso de protocolo para dar a conocer los resultados de esas modalidades. 

Aparentemente era lo más sencillo por número de boletas, y al final, fue el recuento más lento y el último en sumarse al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).

Es necesario dejar sólo la modalidad electrónica para votar desde el exterior, por ser la más económica, demandada y segura para quienes votan.

Fue lamentable que de las 5 mil 469 sólo ejercieran su derecho 2 mil 318 mexiquenses en el extranjero. Más lamentable el costo del sobre postal y su escasa respuesta.

Algo que llama la atención es que en las prisiones haya triunfado la coalición PRI-PAN-PRD-NA.

Teóricamente muchas personas presas y en espera de sentencia señalan un mal sistema que ha operado durante 94 años el tricolor y genera suspicacia que las y los internos sigan dando un voto de confianza al mismo partido. Un tema para reflexionar.

Violencia política

La diputada federal del PRI, Melisa Vargas incurrió en violencia política de género contra la entonces candidata, Delfina Gómez, de acuerdo con la resolución del Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM).

La sentencia señala que a través de Facebook y Twitter, la legisladora incurrió en estereotipos sexistas al invisibilizar las capacidades de la morenista, con mensajes tendientes a demeritar la imagen pública de la entonces candidata y su trayectoria política ante la ciudadanía.

También buscó anular el ejercicio del cargo que podía ostentar como gobernadora y sus expresiones tuvieron tintes de género al perpetrar el estereotipo de que las mujeres no pueden ejercer un cargo, pues lo hacen los hombres; por lo cual, el TEEM remitió el caso a la Junta de Coordinación Política de la Cámara Federal, a fin de que proceda a sancionar a la diputada y ex Vocal Ejecutiva en el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social del gobierno estatal.

Es lamentable que alguien tan preparada en el tema de género haya incurrido en violencia política, pero el caso debe ser un parteaguas para que las y los actores políticos tengan cuidado con sus expresiones y hagan valer la sororidad que tanto pregonan.

Se pueden hacer críticas a la trayectoria y a la labor de las diferentes autoridades, pero no recurrir a estereotipos de género, ni tratar de invisibilizar a las mujeres.