Las democracias actuales prevén su consolidación a través de la celebración de elecciones periódicas, mediante el sufragio de la ciudadanía, el cual debe ser: universal (ya que todos los ciudadanos mayores de 18 años, tienen derecho a votar), libre (debido a que se debe emitir sin presiones), directo (la elección la hacen los ciudadanos, sin intermediarios o la intervención de terceros), secreto (nadie más que el votante debe saber su decisión) y personal  e intransferible (ya que no puede cederse este derecho a otra persona); todas estas características se consideran de suma importancia, ya que son el componente básico y único para el constante perfeccionamiento de un sistema democrático.

El voto normalmente es el acto por el cual el individuo ejerce y expresa su apoyo o preferencia por alguna propuesta partidista, o de algún candidato a ocupar un cargo de elección popular, este es un método colectivo de toma de decisiones, por el cual se mide la opinión del electorado, que si bien se ejerce particularmente, redunda en una opinión colegiada.

Debemos considerar que este ejercicio es parte esencial de todo sistema constitucional y democrático, ya que gracias a éste, se toman decisiones de manera equitativa, haciendo valer el punto de vista de cada persona.

Este derecho, se encuentra reconocido en el artículo 35, fracción I, de la  Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que es de suma importancia hacer notar que esta simple acción, que también constituye una obligación de las y los ciudadanos durante una jornada electoral, representa perse, la equidad e igualdad que tiene toda persona de ejercerlo de manera consciente y responsable, por lo que es de suma importancia socializar este derecho, sus características y la normativa que lo ampara, en atención al proceso electoral en curso.

*El autor es Magistrado Presidente del TEEM

Especialista en Derecho Electoral       

DDHH Catedrático Universitario